Te levantas un día cualquiera. Tienes tu café en el escritorio y te encuentras dispuesto a una nueva jornada de trading. El día anterior hiciste tu tarea, te pusiste al día con los movimientos del mercado, estudiaste tus instrumentos preferidos y detectaste algunas oportunidades de trading. Abres tu computador e inicias la plataforma de trading habitual. Esperas que abra el mercado, mientras revisas lo que ocurrió durante las horas previas en los mercados mundiales. De pronto, los ticks en tus gráficos comienzan a mostrar cómo se mueve el precio y ves que el instrumento en que vas a operar abre con fuertes movimientos en la dirección de tu trade planificado. El movimiento es tan rápido que no alcanzas a entrar al mercado en el precio programado, por lo que decides esperar unos instantes antes de ingresar. Lamentablemente, el precio se mueve con fuerza en la misma dirección. Piensas, “si hubiera entrado al inicio de la vela habría tenido un precio mejor… parece que se va a ir con fuerza y me voy a quedar fuera… no quiero perder esa operación… claramente va en la dirección esperada…”, entre tantas otras ideas que pasan en una fracción de segundo. Decides entrar al mercado, pero al ingresar, el precio salta nuevamente, y el broker te muestra una recotización. Casi sin pensarlo, la aceptas, ya que no quieres retrasar más tu ingreso a una operación exitosa. Abres la operación. Tu SL ya no está a la distancia que querías, si lo dejas en el precio original, tu riesgo aumenta, pero si mantienes el riesgo planificado inicialmente, existe una alta probabilidad de que el mercado rebote y te saque con pérdidas. Decides mantener el stop original, ya que al fin y al cabo, hay un soporte o resistencia que lo “debiera” proteger. Antes de finalizar la vela, el precio se detiene, llegando tu trade a estar cerca del punto de equilibrio, pero sin pasar a terreno positivo aún. Inicia una nueva vela, y el precio abruptamente se revierte. En cuestión de minutos alcanza tu stop loss y sales de la operación con una pérdida mayor a la inicialmente programada. De inmediato miras el gráfico y dices: “claramente no debí entrar impulsivamente, arriesgué más de lo que debía…”, la culpa se apodera de ti. Te das cuenta de que ingresaste por temor a perder esa operación, y que esto te costó una pérdida mayor a lo permitido. No pudiste manejar el famoso FOMO o “Fear of Missing Out”.
Esta experiencia, más común de lo que nos gustaría admitir, es el FOMO en su máxima expresión. El miedo a perderse de algo no solo nos arrastra hacia decisiones precipitadas, sino que también nos confronta con nuestras propias vulnerabilidades emocionales. Y aquí es donde la neurobiología juega su carta: nuestro cerebro, en su búsqueda constante de recompensas, nos empuja hacia el botón de “comprar” o “vender”, bajo la influencia de una dopamina anticipatoria, incluso cuando la razón aconseja prudencia.
El fenómeno del FOMO, o “Fear Of Missing Out”, es una realidad en la vida de muchos traders experimentados. Este término, que se traduce como “miedo a perderse algo”, encapsula la ansiedad que surge ante la posibilidad de no participar en movimientos de mercado potencialmente lucrativos. La relevancia de este concepto trasciende lo puramente financiero, incidiendo directamente en las bases neurobiológicas que gobiernan nuestras decisiones. El FOMO no es un fenómeno exclusivo del trading: es una experiencia humana universal, exacerbada en la actual era digital. En el contexto del trading, se manifiesta como la compulsión a entrar en operaciones basadas no en análisis racionales, sino en el temor a quedarse atrás mientras otros obtienen beneficios. Este miedo puede llevar a decisiones apresuradas, desviándonos de nuestras estrategias planificadas y exponiéndonos a riesgos innecesarios. Neurobiológicamente, el FOMO se arraiga en el sistema de recompensa del cerebro. La dopamina, un neurotransmisor clave en los procesos de motivación y placer, juega un rol crucial aquí. Nuestro cerebro anticipa una recompensa similar, liberando dopamina. Este proceso puede crear un ciclo adictivo, donde la anticipación de la recompensa se vuelve tan o más importante que la recompensa misma. Adicionalmente, la capacidad de tomar decisiones y de controlar impulsos, puede verse sobrepasada por las emociones intensas, llevando a elecciones menos racionales. Si bien el primer paso para combatir el FOMO es reconocerlo y aceptar su presencia, de modo que nos ayude a comprender que es una reacción natural y un componente normal del trading, es necesario poder manejarlo para asegurar que no comprometa nuestras decisiones de trading. Aquí comparto algunas estrategias que he encontrado útiles:
Planificación y Disciplina
Si bien en el ejemplo del inicio pareciera haber una planificación adecuada, claramente la disciplina no estuvo a la altura. Además de poder detectar oportunidades, la planificación de tu trade implica un estricto apego a tu estrategia de trading. Imagina que eres un médico que conoce a la perfección los algoritmos de manejo de una enfermedad en la que es especialista, pero al momento de tomar decisiones con tus pacientes lo haces impulsivamente, sin considerar tu conocimiento. Frente al gráfico, tu trade es tu paciente. Si te apegas a tu estrategia, puedes salvarlo. En algunas ocasiones harás todo bien, y de todas formas tu paciente evolucionará mal. Lo que no debe pasar, es que evolucione mal por tus malas decisiones.
Herramientas de Gestión de Riesgo
Utilizar herramientas de gestión de riesgo y establecer límites claros para cada operación ayuda a evitar decisiones impulsivas. Esto puede incluir el uso de stop-loss automático y la determinación de un porcentaje máximo del portafolio para invertir en una sola operación. Si aumentas el stop loss, debes disminuir el tamaño de la operación, para mantener el porcentaje de riesgo de tu trade. Ahora bien, esto no significa que entrar tarde a un trade sea una buena opción.
entorno de apoyo
Finalmente, rodearse de una comunidad de traders que entiendan y compartan estrategias efectivas para manejar el FOMO puede ser invaluable. El intercambio de experiencias y estrategias proporciona una perspectiva externa que puede ser crucial para identificar y corregir comportamientos impulsivos. Eso hacemos en Psicotrading Hub.
Así, armados con conocimiento, disciplina y una comunidad que nos respalda, aprendemos a ver el FOMO no como una barrera, sino como un desafío a superar. Nos damos cuenta de que, en el corazón del trading, más allá de las cifras y los análisis, yace una batalla contra nuestras propias sombras. Y es aquí, en este enfrentamiento íntimo, donde se forja el verdadero trader: uno que no solo entiende el mercado, sino que también se comprende a sí mismo.
De este modo, convertimos cada jornada en una oportunidad de crecimiento, no solo financiero, sino personal. Porque al final del día, el éxito en el trading no se mide solo por las ganancias obtenidas, sino por las batallas internas ganadas. Y en este camino, cada trader es, a su vez, su mayor adversario y su más valioso aliado.
Y bueno, como siempre digo, siempre debes tener presente (anótalo en una hoja frente a tu computadora), que el mercado permanentemente está entregando nuevas oportunidades de trading. Ese trade que tienes en frente, no es el último que queda en el universo. Eso, salvo que quemes tu cuenta antes del próximo.